viernes, 27 de abril de 2012

Documental HOME





Documental









No pensemos en todo lo que hemos perdido por nuestra causa, sino más bien en todo lo que nos queda para preservarlo. Está en nuestras manos y lo podemos hacer juntos. 
El destino  y  el futuro de la Tierra  es el nuestro.


¿ Lo hacemos ?

miércoles, 25 de abril de 2012

Subida del niver del mar.

Si no se tienen en cuenta los lentos movimientos geológicos que cambian la configuración de los océanos, el nivel medio del mar puede ascender fundamentalmente por dos motivos: un incremento de la masa oceánica procedente del deshielo continental (componente eustática) y un incremento del volumen oceánico por expansión térmica del agua y disminución de su densidad (componente termostérica).
El cambio de nivel del mar es geográficamente muy desigual. Aparte del deshielo y de la expansión térmica del agua por calentamiento, existen otros factores que se toman en cuenta  en el cálculo de una tendencia media global. Por ejemplo, la reacción isostática de ajuste que comenzó tras la fusión de los últimos grandes mantos glaciares determina en muchas partes que el mar esté o subiendo o bajando. Así, las mediciones en las costas del Báltico indican que en su parte norte el mar está bajando más de 5 mm/año. Ello se debe a que la costa sueca del Báltico asciende para recuperarse, como por rebote, del hundimiento que le producía la masa de hielo glacial que tuvo anteriormente encima (Pan, 1999). Por el contrario, este rebote produce un pliegue de hundimiento de la corteza y una subida del nivel del mar en el área periférica que circunda al domo en ascenso, por ejemplo, en Dinamarca. Reacciones parecidas de ajuste glacial isostático ocurren a lo largo de la costa este de Canadá y Estados Unidos (Park, 2002).
A estos movimientos isostáticos hay que añadir otros relacionados con hundimientos del subsuelo y motivados por otras causas, como la extracción del gas o del petróleo que rellena los poros de las rocas del subsuelo. Así si la ciudad de Venecia se hunde es más que nada debido al hundimiento de su subsuelo (unos 23 cm en el último siglo) y las mareas altas excepcionales, como la catastrófica de Noviembre de 1966 (174 cm) a la combinación de bajas presiones y vientos del sureste (Fagherazzi, 2005). De la misma forma, en otras muchas costas del mundo, como en Texas y Louisiana, el ritmo de subsidencia regional es por estas razones superior a 1 metro por siglo (Meckel, 2006).
Existen otros factores que modifican irregularmente el nivel de los océanos. Así, las variaciones de las corrientes oceánicas, amontonando agua en unas zonas y vaciándolas parcialmente en otras, desnivelan la superficie del mar entre unas regiones y otras. De esta manera se ha comprobado que en las costas de Finlandia el nivel del mar sufre unas variaciones correlacionadas con las variaciones del índice NAO. Un índice positivo (vientos del oeste más intensos) causa una elevación del mar al aumentar el flujo entrante de agua atlántica en el Báltico (Johanson, 2001). Por el contrario en el Mediterráneo, un índice NAO positivo, que refleja una mayor presión en la zona, tiende a hacer bajar el nivel del mar. Según algunos autores la evolución del índice NAO entre 1960 y 1994 provocó una bajada del orden de 1,3 mm/año.
Las variaciones de las presiones y de los vientos predominantes ocasionan cambios diarios en el nivel del mar de varios centímetros. También los cambios de densidad del agua, provocados por los cambios de salinidad, hacen variar el nivel de los mares. En el Báltico, la salinidad en el Skagerrak es de un 35 ‰ , pero es de sólo un 5‰ en el Golfo de Bothnia, lo que hace que en un mismo mar la altura del mar sea diferente en unos 35 o 40 cm.
Finalmente, fenómenos como El NIÑO (ENSO) provocan diferencias interanuales de hasta 50 cm en amplias áreas del Pacífico (Merrifield, 1999)

lunes, 9 de abril de 2012

La temperatura de la Atmósfera.

En el sistema solar existen tres planetas y un satélite a distancias aproximadamente similares del Sol: Venus, La Tierra y su Luna , y Marte. Los cuatro cuerpos celestes reciben una intensidad solar ligeramente diferente. Venus recibe unos 2600 W/m2 en la parte externa de su atmósfera, la Tierra y la Luna unos 1370 W/m2 y Marte unos 600 W/m2. La temperatura media global de Venus es de unos 482 °C, la de la Tierra unos 16 °C, la de la Luna y marte de 15 °C bajo cero. Las diferencias de temperatura no solo se deben a la distancia al Sol, sino a la composición de la atmósfera. La de Venus es esencialmente CO2 a 95 atmósferas de presión. Ni en la Luna ni en Marte existe atmósfera.

La atmosfera de la tierra está compuesta principalmente de los gases N2(78%), O2(21%) y Ar(1%), cuyas abundancias son controladas por escalas de tiempo geológicas mediante la biósfera, el vapor de agua se encuentra principalmente en la baja atmósfera y su precipitación controla su abundancia. El resto de gases constituyente, “Gases de traza”  representan menos del 1% de la atmosfera, y juegan un rol importante en la en balance radioactivo de la tierra así como en las propiedades químicas de la atmósfera. Su abundancia ha cambiado rápidamente y de forma notable en las dos  últimas centurias.

Las observaciones han documentado la desaparición de la capa de ozono de la estratosfera en la antártica durante la primaveral austral a lo que se ha denominado “agujero de ozono de la antártica”. También se ha documentado la disminución  en el ártico y regiones de media latitud norte y sur. Paradójicamente mientras el ozono en la estratósfera protege a los organismos vivos de la perjudicial radiación ultravioleta  proveniente del sol, en la baja atmósfera puede tener efectos adversos sobre la salud humana y las plantas.

A partir de la revolución industrial, la cantidad de partículas aerotransportadas se han incrementado notablemente.

La atmosfera es el recipiente de muchos de los productos de nuestra sociedad tecnológica, productos de la combustión de combustibles fósiles y el desarrollo de nuevos químicos sintéticos. He ahí la importancia de preservarla libre de contaminación por nuestro propio bienestar.

jueves, 5 de abril de 2012

Contaminación Acústica.

La contaminación ambiental es uno de los mayores problemas que afronta actualmente la humanidad. El desarrollo incontrolado de las actividades humanas ha producido la contaminación del aire y de las aguas, el efecto invernadero, la desaparición de extensas zonas de vegetación, la desertización, la acumulación de residuos tóxicos, entre otro efectos. En los países industrializados ha tenido lugar un incremento muy considerable de los niveles de contaminación acústica.

El ruido lo llena todo y nos afecta a todos. Estamos expuestos a él en nuestros hogares, en la calle, en los centros de trabajo, cuando utilizamos un vehículo de transporte, incluso durante nuestro tiempo libre. Las  diferentes investigaciones realizadas a lo largo de las últimas décadas han demostrado que la contaminación sonora afecta claramente a la salud de las personas, produciendo una larga serie de efectos fisiológicos y psicológicos de naturaleza muy diversa, cuya importancia varía mucho en las condiciones concretas existentes en cada caso.

Según la O.C.D.E.-Organización para la Economía, Cooperación y Desarrollo 130 millones de personas, se encuentran con nivel sonoro superior a 65 db, el límite aceptado por la O.M.S. y otros 300 millones residen en zonas de incomodidad acústica, es decir entre 55 y 65 db. Por debajo de 45 db no se perciben molestias. Con sonidos de 55 db, un 10% de la población se ve afectada y con 85 db todos los seres humanos se sienten alterados.

Se puede definir como ruido ambiental a un sonido no deseado por el receptor o como una sensación auditiva desagradable o molesta. El carácter impreciso de estas definiciones tiene lugar por la subjetividad con que enjuiciamos determinadas características de un sonido concreto(niveles energéticos más o menos altos, variaciones bruscas e importantes de la intensidad y la frecuencia, etc). En otras palabras, el mayor o menor nivel de molestia que nos produce un determinado sonido, percibido en un contexto y condiciones concretas, es precisamente la cualidad que nos permite calificarlos o no de ruido.

Retos Energéticos

El mayor reto del siglo XXI es proporcionar suficientes alimentos, agua y energía para permitir que todos en el planeta podamos vivir una vida digna, frente a la creciente población, la amenaza del cambio climático, y (tarde o temprano) la disminución de los combustibles fósiles.

Es imprescindible y responsable asumir el desafío y las medidas que deben adoptarse si se quiere alcanzar tal reto. Estas deben incluir la reducción de la demanda de energía, a través de una mejor planificación y diseño industrial y empresarial, así como los cambios de comportamiento social, con una mayor eficiencia energética, el despliegue de la captura y almacenamiento de carbono (si es factible y seguro), y la expansión de la utilización de fuentes de energía renovables en la mayor medida razonablemente posible. El reto técnico es enorme, pero los retos políticos y económicos son aún mayores.